- Limpieza: Pásale un paño suave para quitar el polvo. Si están muy sucias, usa agua tibia con un jabón neutro y un cepillo de cerdas suaves.
- Secado: Sécalas bien después de lavarlas para evitar manchas o pequeñas marcas de oxidación.
- Evita químicos: Aplica tus joyas solo después de usar perfumes, lociones o productos de limpieza, ya que pueden opacar su brillo.
- Almacenamiento: Guárdalas en un lugar seco, separadas entre sí (por ejemplo, en un estuche o caja) para evitar roces y rayones.
- Agua salada y golpes: Retíralas antes de nadar en el mar y cuídalas de golpes o superficies abrasivas.
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